lunes, 27 de septiembre de 2010

La psicología de la abundancia, según Brian Weiss

Un pequeño comentario, antes de la lectura de este texto. Puede que alguno de vosotros/as no le gusten mucho los textos tipo autoayuda. Ciertamente, son, en general excesivamente místicos, basados en las creencias personales del que escribe y a veces pretenden ser omnisapientes. Sin embargo, tienen la característica de los mantras, si sabes como usarlos, pueden ayudar a reenfocar cosas mal enfocadas, sin tener por que creerte lo que dicen. El objetivo de estes motivacionales que iré poniendo, no es que "os coman el coco", sino que uséis de ellos, lo que encontréis util y aquello que no os valga, sencillamente, lo desechéis:)


BRIAN WEISS Y LA PSICOLOGÍA DE LA ABUNDANCIA



Te has acostumbrado a lo que se llama «motivación por deficiencia». Es decir, evalúas todas las cosas que faltan o de las que hay una deficiencia en tu vida y, a continuación, preparas un plan destinado a reparar todas estas deficiencias. «Necesito más poder, más fuerza, más dinero, más belleza, más posesiones», y así sucesivamente. «Cuando tenga todas esas cosas, tendré prosperidad.»

Fijas así tus metas y pones manos a la obra para alcanzar la prosperidad. Pero esto es una enorme trampa. Nunca podrás conocer la prosperidad a partir de este esquema mental, porque siempre padecerás la enfermedad del «más».

Tu esquema mental está centrado en el más, en luchar y no en llegar

La prosperidad es imposible con una motivación por deficiencia en la que se piensa así: «No tengo suficiente» o «Me falta algo»., Si tu pensamiento está centrado en lo que te falta, entonces el «lo que me falta» por definición, tendrá que expandirse.


Esta será tu experiencia en este mundo material. Lo que te falta constituirá tu distintivo y tu experiencia de la realidad física.


Hay otra forma de motivación, llamada «motivación de crecimiento», que es el distintivo del individuo que conoce la realidad mágica en el área de la prosperidad. Damos la vuelta al pensamiento interior y optamos por vivir dentro de un marco de plenitud. El diálogo interior que se desarrolla es algo así:


“Estoy entero, completo, total y plenamente vivo en este momento. ¡Esto es! Lo soy todo, no necesito más para ser feliz o para estar realizado”

Pensando de esta forma, son imposibles las carencias. Empiezas a tener como motivaciones en la vida tu propia dicha, tus sueños, empiezas a vivir la vida que imaginas es tu vocación, la misión especial y divina por la que estás aquí, y la prosperidad se convierte en tu santo y seña. La abundancia entra a raudales en tu vida.


El universo empieza a proveer exactamente aquello que necesitas, y no lo hace para llenar el vacío de algo; llega a tu vida en la cantidad precisa necesaria para ayudarte a realizar tus sueños. Cuando no sientes ya que te falte nada, puedes vivir la vida que sabes perfecta para ti y empiezan a llegar cada vez más a tu vida los símbolos de la prosperidad (dinero, objetos, poder, etcétera).

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